Suelo Pélvico

SOBRE EL SUELO PÉLVICO

Como bien indica su nombre, en la superficie romboidal del ‘suelo de la pelvis’ se divide en dos triángulos que traza una línea transversal en la zona de las tuberosidades isquiáticas. Aquí encontramos:

• Suelo pélvico o periné posterior: Se encuentra en la parte anal del recto, igual tanto para hombres como para mujeres.
• Periné anterior o periné urogenital: Se encuentra en la zona de la uretra en el hombre y en la mujer en la vagina y también en la uretra.

Para visualizar su forma, podemos decir que el suelo pélvico es cóncavo hacia abajo y su forma hacia atrás hace la silueta de una hamaca, donde pueden apoyarse los órganos internos que tenemos, como las vísceras (pelvis, útero, vejiga, etc).

¿De qué se forma el suelo pélvico? El 80% es de tejido conjuntivo y el porcentaje restante por fibras musculares. En ese 20% de de fibras musculares podemos encontrar dos tipos.

Fibras musculares tipo I: Músculos involuntarios, es decir, no los podemos entrenar ni tampoco somos conscientes de cuándo están relajados o contraídos.

Fibras musculares tipo II: Son potentes y gruesas y a diferencia de las otras, éstas sí las podemos contraer conscientemente. Por ejemplo, las usamos para contraer y retener la orina.

¿Qué funciones tiene el suelo pélvico?

Puede decirse que tiene triple función, muy importantes para el organismo.

• Actúa como amortiguador. Cuando realizamos esfuerzos (como correr, estornudar, reír, toser, etc) esto creo crea un descenso del músculo que se encarga de la respiración, el diafragma. Al realizarse este proceso, las vísceras se comprimen contra el suelo pélvico y este absorbe y amortigua la presión para que los órganos estén bien sujetos. Tener un abdomen tonificado ayudará a que el suelo pélvico sufra lo menos posible.
• Sostiene la masa digestiva y visceral pélvica. Como previamente hemos explicado, esta función que tiene el suelo pélvico es muy importante, ya que es esencial para soportar todas las vísceras del cuerpo, con su forma parecida a una hamaca. Las mujeres soportan más en el suelo pélvico que los hombres, pues la mayoría de sus órganos sexuales son interiores y se apoyan en el suelo pélvico. En el caso de los hombres, sus órganos sexuales están mayormente en el exterior, por lo que no padecen tantos problemas como descenso de órganos, incontinencia urinaria, etc.
• Ámbito sexual. Durante el orgasmo en las relaciones sexuales el suelo pélvico se contrae con fuerza. Y al relajarse también contribuye a un mayor disfrute entre la pareja y obtener relaciones sexuales satisfactorias.

CONSEJOS PARA PROTEGER TU SUELO PÉLVICO

• Ten buenos hábitos intestinales. Cuando tenemos una buena alimentación equilibrada, es más probable no sufrir problemas de estreñimiento. A los intestinos les encantan las rutinas, por lo que si tienes la costumbre cada día de ir al baño, con la ayuda que proporciona alimentos como la fibra, fruta, verduras, etc. lograrás un mejor funcionamiento de ellos.
• Bebe suficiente agua diariamente. Cuidar nuestra vejiga será una manera de cuidar también nuestro suelo pélvico, pues fortalece la capacidad de retención cuando tengas necesidad urgente de ir al baño. ¿Significa entonces que es suficiente para nuestro cuerpo hidratarlo con cualquier líquido? Claro que no. El tipo de líquido es muy importante. El agua de mineralización débil es lo mejor que podemos tomar. Pero cuidado con el alcohol y la cafeína, pueden aumentar las veces que necesitas ir al baño más de lo normal.
• La clave es la prevención. Vigilar los síntomas que puedan indicar alguna anomalía y ponerle remedio. Por ejemplo:
• No llegar a tiempo al baño.
• Cierta sensación de dolor o pesadez en la zona pélvica.
• Dificultad para vaciar la vejiga.
• Escapes de orina al toser, reír o estornudar.

¿Sabías qué cosas debilitan el suelo pélvico? Te damos a conocer algunas:

• Sobrepeso, dolores de espalda, esfuerzos grandes por levantar mucho peso, estornudos o tos crónica, y por supuesto, el envejecimiento del organismo.

• Conoce sus músculos. Para mantener el suelo pélvico en buen estado hay que conocerlo, saber dónde está y cómo activarlo. Y eso se consigue con un sencillo truco: en el momento de la micción (acción de orinar), detenerlo y soltarlo y repetir la misma secuencia. Es una prueba momentánea que servirá para ver si sabemos ubicarlo correctamente.

• Ejercitar la zona. Para mantener la fuerza en el suelo pélvico, debe ejercitarse como cualquier otro músculo del cuerpo, con frecuencia. Sea aconseja realizar contracciones repetidas de la musculatura.

Todos estos consejos sobre los cuidados del suelo pélvico tendrán una repercusión muy positiva en tu organismo, tu salud te lo agradecerá.